This is a bilingual post: English followed by Spanish
In Náhuatl, Xochipilli means Prince or noble person (pilli) of Flowers (xóchitl). In Náhuatl poetry, mention of flowers can be literal, although they are also used symbolically in reference to the idea that when divinity moves within the body, the body blooms.
The human body has different energy centers wherein different spirits, or teotl, inhabit. Xochipilli dwells in the energy center located at the heart. As a flowering force, he represents development of a personal identity, willpower, recognition of the self in fellow beings, compassion, and bodily presence.
The heart is a significant energy center in Nahua thought because the energy centers that follow the length of the spine from the base evolve in quality as they ascend up the vertebral column. The transition between the solar plexus and heart is a crucial point of evolution and is conceived of as a breaching of barriers between an animal state of being (pure survival) into a state of humanity (compassion) through the recognition that:
“When I hurt another, I hurt myself. Therefore, I will treat others with kindness and care.”
In Nahua philosophy, the individual soul is bound to the soul of the Cosmos. Therefore, all beings are connected. However, a person can lose touch with this reality. When the individual is born, a struggle between the duality of spirit and matter begins. If matter wins in this struggle, e.g. a person prioritizes material pleasure over caring for the spirit, the individual may forget about their divine origin, which leads to suffering.
However, if the individual recognizes the primacy of the spirit, that awareness allows the body to “blossom”, and life is full. This blossoming body means that a person does not feel shame when faced with their nakedness, they exist in a sort of spiritual Eden, recognizing the body as a miracle of nature and an expression of the Creative Principle of the Universe (Ometeotl).
This awareness, tempered with discernment, care, & good judgment, leads to the enjoyment of life through revelry, fulfillment of desire (making the subconscious conscious), and the embrace of pleasure.
As such, Xochipilli is a being that embodies the delight of the material world with displays of beauty like music, dance, food, community, and an exuberant sexuality that is meant for human connection rather than sexuality meant solely for reproduction.
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Xochipilli’s message, then, is to encourage us to pursue joyous experiences in life and to see the beauty of the material world as a conduit for the evolution of the collective spirit, while bearing in mind that bodily life is a transitory state.
The body dies, but the soul does not.
The wise say of the dead that, “they did not die but woke from a dream they had lived…and became once more spirits or teotl.”
-L.Sejourne in Supervivencias de un mundo mágico (1953)
Xochipilli
En náhuatl, Xochipilli significa ‘príncipe’ o ‘persona noble’ (pilli) de las ‘flores’ (xóchitl). Las flores en la poesía náhuatl pueden ser literales, aunque también se usan simbólicamente en referencia a la idea de que cuando la divinidad se mueve dentro del cuerpo, hace que el cuerpo florezca.
El cuerpo humano tiene diferentes centros de energía en los cuales habitan distintos teotl.
Xochipilli habita el centro de energía ubicado en el corazón. Como poder de florecimiento, Xochipilli representa el desarrollo de la individualidad, la fuerza de voluntad, el reconocimiento del yo en otros, la compasión y la encarnación del espíritu.
Simbólicamente hablando, la energía circula por las vértebras desde la base, evolucionando a medida que asciende. La transición entre el plexo solar y el corazón se concibe como una transición entre un estado animal (de mera sobrevivencia) a un desarrollo de la compasión (la humanidad) por medio del reconocimiento de que:
Cuando lastimo a otro, me lastimo a mí mismo. Por lo tanto, trataré a los demás con bondad y cuidado.
Además, en la filosofía nahua, el alma individual está ligada al alma del Cosmos. Por lo tanto, sabemos que todo ser está conectado uno al otro. Sin embargo, uno puede perder contacto con esta verdad. Cuando el individuo nace, comienza una lucha entre el espíritu y la materia. En dicha lucha, si la materia gana, es decir, si una persona prioriza el placer material sobre el cuidado del espíritu, el individuo puede olvidar su origen divino, lo que le llevará al sufrimiento.
Pero si el individuo reconoce la primacía del espíritu, esa conciencia permite que el cuerpo florezca y la vida sea plena.
Este cuerpo floreciente hace que una persona no sienta vergüenza por su desnudez, existe en una especie de Edén espiritual ya que reconoce el cuerpo como un milagro de la naturaleza y una expresión del Principio Creativo del Universo (Ometeotl).
Al morigerar ésta conciencia con discernimiento, cuidado y buen juicio, hace que uno disfrute de la vida a través de la celebración, la realización del deseo (hacer consciente lo inconsciente) y el abrazo del placer.
Como tal, Xochipilli es un ser que encarna la algarabía del mundo material con exhibiciones de belleza como la música, la danza, la comida, la comunidad y una sexualidad exuberante que se trata de la conexión humana más que a un entendimiento de la sexualidad que solo sirve fines reproductivas.
El mensaje de Xochipilli, entonces, es que una persona debe entregarse a la celebración y una variedad de experiencias en la vida, y ver la belleza del mundo material como un conducto para la evolución del espíritu colectivo, siempre y cuando tome en cuenta que la vida corporal es un estado pasajero. El cuerpo muere, pero el alma no.
Los sabios dicen de los muertos que, "no murieron, sino que despertaron de un sueño que habían vivido... y se convirtieron nuevamente en espíritus o teotl."
-L.Sejourne en Supervivencias de un mundo mágico (1953)
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